La recogida de fruta se programa siempre en función del momento idóneo de maduración de cada variedad.

Lavado y desinfección integral con fungicida, tanto de la propia fruta como de los envases.

Cámaras frigoríficas ozonificadas donde se introducen los palets de fruta para que ésta conserve su propia humedad y mantenga su frescor y aroma.

Código de trazabilidad en cada palet de fruta con indicaciones concretas sobre el origen y especie de cada partida.

Nuestros técnicos de laboratorio efectúan un chequeo de calidad y calibres de cada partida para programar su procesamiento.

Lavado con agua clorada y ozonificada, obtenida de una perforación propia a la que se aplican procesos de ósmosis inversa. Secado con aire caliente obtenido de la combustión de gas natural, fuente de energía implantada por su respeto al medio ambiente.

Control de calidad en sección de luz negra que permite detectar imperfecciones imposibles de ver con luz normal.

Aplicación de capa de protección compuesta por una mezcla de cera con fungicida que cumple todas las normativas internacionales respecto a los índices de LMR que contiene.

A continuación, 70 veces por segundo para obtener datos exactos sobre su volumen, diámetro, color y peso que indican su densidad y calidad.

Clasificación por los criterios comerciales exigidos por cada cliente y nuevo examen por personal especializado que retira las piezas que presenten cualquier defecto.

Envasado, etiquetado y personalización según las indicaciones del cliente, indicando el peso, precio, ofertas y marcas en el idioma del mercado de destino.

Preenfriado y cámara pulmón de humedad con ozono. En cajas y palets desinfectados, impecablemente embaladas y etiquetadas, las naranjas y clementinas se introducen en un túnel de preenfriado antes de pasar a la cámara pulmón de humedad con ozono donde permanece, en perfectas condiciones, hasta el momento de su transporte.